Comentario
El cardenal Lotario de Segni -Inocencio III- procedía de una poderosa familia romana de los alrededores de Anagni. Su ascenso al pontificado se producía cuando ni siquiera contaba cuarenta años. El trovador Walter von der Vogelweide le saludaría como un Papa demasiado joven para enfrentarse con el cúmulo de problemas que acosaban a la Cristiandad en aquellos años. A las dificultades de aplicación de las normas disciplinares promulgadas en concilios anteriores, se sumaba la presión islámica en España y Tierra Santa y los estragos que la herejía cátara seguía haciendo en el Mediodía de Francia. La situación que recoge Inocencio III en 1198 es, por tanto, escasamente halagüeña. La que deja a su muerte en 1216 permitió al pontificado ver el futuro con un mayor optimismo.